28 de abril de 2009

Mi feria particular


No fui uno de esos sevillanos que vibraban con el "alumbrao", ni nunca fui invitado a la noche del "pescaito".No sentía predilección por una u otra atracción y el coche de la escoba, más que miedo, me parecía una tomadura de pelo desde que una vez sorprendí fumando a una de sus temibles brujas. Siempre me dio vergüenza bailar por sevillanas y el perrito piloto iba a parar a las manos de otros niños mientras yo me quedaba mirando atónito las voces estridentes que aquel hombre bigotudo daba al micrófono...
No fui niño de feria, jamás. Si acaso, algún pequeño recuerdo de adolescencia consigue endulzar mis ojos en forma de nube rosa. Puede que salve estos días aquella conversación, una mirada o las ganas de abrazar a una morena que años después decidió poner un océano por medio, entre ella y su pasado...también rescataré alguna imagen de niño, en alguna caseta pública y vestido de gitano. En una mano un batido de fresa y en la otra un bocata de mortadela. Siempre fue la mía una feria de pueblo "chiquetito".
Sin embargo, me gustaría creer que todo no siempre fue así. Por eso, me voy a parapetar en una esquina para ver si llega Pepe el escocés con su rubio sudor de manzanilla, o saldré al encuentro del paseo de los caballos. Quizás tenga suerte y me tope con el altanero peralteo de Cabriola. "¿Que te han dicho que se ha visto a Ava Gadner pasear del brazo de un gallardo torero?, no me extraña. Cuentan las malas lenguas que, en Chicote, no para de empinar el codo. Dicen que él no va con ella en serio, que la quiere para lo que la quiere...desde luego, hay algunos que nacen con una flor en el culo...hablando de flores, ¡ponte un clavel blanco en la solapa, hábrase visto sevillano más poco detalloso...!"
Entre charlas y risas, entre penas maquilladas con brillantina y popelín, voy a acercarme a la "Primitiva amistad" o a la caseta de "Wilfredo el velloso" y, por su puesto sin guardias de seguridad en la puerta, voy a pedir media botella de la Guita y una tortilla de papas llena de albero (cómo no). Dicen que a partir de las doce, vienen desde Lebrija las guardianas más puras del cante por sevillanas más genuíno. Las trae Don Francisco, que el primo es el alcalde del pueblo...
Paseando, muy pausado, al son del pianillo y de las bulerías de las buñoleras, me voy a dejar querer por las sirenas de Morfeo, soñando cómo ellas mismas pintan un cielo de farolillos en el que no haya sitio para chuflas y foreros nuevoseñoritos. Mientras lo hago, con ritmo de seguidilla (7-5-7-5) de la más bella nana, su voz, la de el Pali, dictará el manifiesto que lamenta pero no arroja, como la misma ciudad que soñamos cuando niños, con un batido de fresa en la mano...

13 de abril de 2009

Balance... y cuenta atrás

Como la trasera de un palio alejándose, como la cera baja de la Virgen de regreso al barrio, como las lágrimas que se escurren en las mangas de la camisa...
Como todo eso, como siempre, la Semana Santa del 2009 se nos ha escapado, quedando en nuestras retinas la belleza de lo efímero.
Es hora de acopio de recuerdos, de buscar en nuestros bolsillos las horas perdidas para volverlas a vivir. Toca en nuestros corazones la Marcha Real del regusto experimentado y quema nuestra piel la lenta cera ardida que deja nuestra huella en el suelo.
Mucho, intenso y bueno se ha vivido en estos siete días. Quien me conoce de verdad sabe de lo que hablo. Llevo la talega donde se guardan los caramelos llena de palabras, de imágenes y de enseñanzas. Tengo un maestro que aún me sigue sorprendiendo y que me lleva siempre a la verdad de estos días. Sigue dando en el clavo y me alegro que aún tenga ganas de compartir conmigo el secreto de Sevilla delante de los pasos; (¿sabes que si no fuera por tí tal vez no sería el que hoy soy?).
Y tengo, como no, la suerte de mi mano, la sorpresa inesperada, tus ojos frente a los mios...sabes que quería que estuvieras y has venido sin pedir permiso, como a mi me gusta que lo hagas. Dando sentido a las cosas que me traigo entre manos, esperando que nunca más haya un billete de vuelta sine die...
Ya estamos frente a la puerta y el paso "viene dando jabón". No es necesario hacer sufrir más al costalero y, de cualquier manera, no vamos a estar en la calle. Así que vámonos pá dentro.
Hoy es día de balance y de recuerdos.
Hoy es día de cuenta atrás...

10 de abril de 2009

Contigo, Viernes Santo

Sobra decirte que me encantaría levantarme con el cuerpo cansado y alma en calma, contigo al otro lado.
Que tras un "buenos días" y una mueca, entre agotamiento y felicidad, te propondría echarnos a la calle. Un café (para tí un colacao) en la Campana y una torrija -puede que la última- como desayuno propio de cabales. Sobra decirte que, entre paseo y charlas, te cogería de la mano, sintiendo en la yemas de mis dedos el palpitar de la niña sevillana que siempre has sido. Compartir contigo mis cosas es doble victoria, vivirlas a tu lado es gozo sin vigilia.
Sobra decirte, porque sobran a estas alturas muchas cosas, con qué ganas cogeríamos fuerzas para la tarde. Quizás empezaríamos con San Isidoro por la Alfalfa, o tal vez con el Cachorro por el Puente, no lo sé. Todo depende de nuestros pies doloridos y las ganas del uno con el otro. La O por Triana es también una buena opción. Me gustaría que vieras cómo anda una cofradía por mi barrio, ¿Sabes que la O es una de las hermandades que más han sufrido a lo largo de su historia? (mientras te hablo, me miras atentamente. Perdona si pierdo el hilo de lo que te digo, pero uno es mortal y aunque acostumbrado al carey, es imposible no morir acribillado por el haz que sólo tú destellas).
Se hace la tarde, ¿nos vamos a Morales?. Ten cuidado con lo que pides, ya sabes que hoy es vigilia. Si se te olvida, mira a tu alrededor y observa cómo los hijos de la Bética rinden culto a la esperanza con anacondas negras anudadas a sus cuellos. ¿Espinacas con garbanzos?, ¡Que sean dos, por favor!, ¿Sabes que para ser fuenlabreña tienes unos ojos que parece que tu madre te parió en la mismísima calle Arfe?....Ahora viene Montserrat, verás como te gusta. Cada vez que veo esta Virgen me acuerdo de tu hermana, ¿Cómo están tus sobrinos?, dame la mano una vez más. Suena Margot...
El palio se diluye como un azucarillo y los leones de su manto borbonean al son que va marcando la Luna. Esta tarde, contigo y si tú quieres, creamos el paraíso con nuestras sombras. Como siempre hay ganas de tí, ni más ni menos. Como siempre, si es contigo, Viernes Santo...

3 de abril de 2009

La escarcha del ruán

A Rafael, que me enseñó a ser Nazareno.

Ya es la hora.

El reloj va marcando a golpe de minutero los pasos que pronto, muy pronto, te conducirán hacia tu destino. La tarde está inyectada en morado.
Sin haberte dado cuenta, el almanaque ha caído sobre tu cabeza. Página a página – y como puedes- te arrodillas para recogerlo con la intención de mantener sobre tu regazo el peso de los días, pero es inútil. Toda vigilia precede a un misterio y tú serás el protagonista del que está por venir.
Cae la noche. Las cunas vuelven a repoblarse de inocentes y la punzada de acero cruza de parte a parte la ciudad. Gallos metálicos comienzan a tomar las calles y han decretado el estado de conmoción por todas las esquinas. Allá por San Lorenzo, pronto empezará la luz a despuntar y será la oración quien proclame su letanía. Preparado y enfundado en tu mortaja, vas a comenzar tu peregrinaje.
Por el camino, rápidamente percibes la electricidad en el ambiente. Nervios, emoción, empujones… Ausente a todo, cruzas una marea de carne y, antes de lo esperado, te percatas de que has llegado a tu destino. Dos guardianes del secreto te dan la bienvenida y automáticamente entras en otra dimensión, una muy diferente de la que hace un momento formabas parte. Aquí todo fluye más lento. Los ojos y el corazón toman la iniciativa y consiguen hacerse un hueco entre la callada legión de centinelas. No quieres que ningún detalle de la escena se te pase por alto. Merece degustarlo todo poco a poco, aún sabiendo que tanta vivencia no puede ser bien digerida por un mismo estómago. Corres el riesgo vomitar azahares, pero a estas alturas no te importa lo más mínimo.
En un trabajo de ingeniería sentimental, las dos hileras de noche se han formado paralelamente. Fuego contra las tinieblas sobre sus cabezas y, sobre el pecho, la rosa del misterio fragmentada en cinco partes. Se abren las puertas. La oscuridad avanza y es ella ahora la que abre la escuadra y prepara el cartabón. Todo empieza a ponerse en su lugar. Tras un pequeño descanso para la tensión, algo sobrecogedor parece tomar vida dentro de la nave. El asombro da paso a la mudez más absoluta. El Arca de la Alianza sobre oro comienza a reescribir la historia de los tiempos. No cabe más amor sobre sus Brazos y nunca existió más sal que en la mirada del Señor. A partir de ahora, sólo queda revisar el cliché de tu vida y callar para los restos.
En poco más de tres espasmos perdemos de vista la silueta, pero no os preocupéis, la vida os va a regalar una nueva oportunidad con la Vida. Nada temáis, sólo tendréis que esperar que el silencio vuelva a cubrir el asfalto de las calles y, tras él, los naranjos tomarán por rehén a la callejuela. Miradla, ahí está ya. Ha venido para florecer y hasta el cristal se ha fundido con la luna para llevarla en volandas.
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El amor acompaña al Misterio, y Éste se reunirá con la Primavera una vez que el alba traspase el ruán que te cubre. Cuando todo haya acabado, volverá la mortaja a caer sobre la cama y una capa de escarcha recorrerá todo los palmos de ella. Quizá sirva de espejo para la Verdad que en pocas horas caminará sobre las aguas… o, tal vez, penetre por todos los poros de tu piel, trazándote para siempre un camino sin retorno a tu ineludible destino.