12 de marzo de 2011

El rebrote de la vida

En mañanas normales, la ciudad no deja de parecer a otra cualquiera:
el gris del aire bajo la lluvia, la rutina del opositor, el metro, las miradas que no observan...

Sin embargo, llega el día en el que, no sabes por qué, el verde se te mete por la sangre y la luz busca acomodo debajo de la camisa.

Llega la aurora más preñada de oro y la brisa del río invita a enamorarte en cada semáforo con la primera mujer que te cruzas.

Llega el día que presientes en tu pecho, y te encuentras con Sevilla que rebrota como un clavel cuando te topas, a la vuelta de la esquina, con el milagro de la primera parihuela desnuda.

Y es entonces cuando la vida empieza a cobrar sentido.

2 comentarios:

Tanquanovis dijo...

Juan, yo ya me he encontrado con la primera parihuela desnuda que tú dices, pero para mí la señal inequívoca de que la vida está regresando por los callejones estrechos de mi barrio es el primer golpe de fragancia de azahar que recibe mi olfato, entonces la mente se llena de sensaciones acumuladas por los años vividos,se me debilita el corazón y de repente todo va más lento... y todo es más de verdad. Uno regresa a las esencias íntimas, las de la verdad.

Hablamos.

Juan Antonio ( Amaneceres mios) dijo...

te remito

http://www.amaneceresmios.blogspot.com