4 de septiembre de 2010

Vuelta del verano


¡Ya tenía ganas de volverme a encontrar con el miedo del Word en blanco!
He de deciros que lo echaba en falta, lo necesitaba tanto como este tiempo de barbecho literario que he encargado de rellenar con energía y espuma de olas. La vida sin obligaciones descansa, pero también abruma y ahora toca ajustarse de nuevo la montera y agarrar la esclavina del tiempo con la vergüenza torera que sólo los hombres saben apreciar.
¿Qué deciros de mi retiro veraniego? Todo lo que pueda contaros es poco. Se ha vivido casi de todo porque, afortunado de mí, tiempo he tenido más que de sobra. A veces, esa vergüenza de la que antes os hablaba me nubla la frente pensando en la conveniencia y lo inmerecido que se me ofrece todo. Quizás sea injusto y, tarde o temprano, como a todo cerdo, me llegará el día de San Martín...
A lo que iba: mis vacaciones largas e intensas. He tenido tiempo para casi todo y apenas he hecho nada. Algo de deporte, eso sí, y mucho de buenos sueños –y malos- que a la mañana siguiente se evaporaban con la bruma del horizonte. Charlas, arena, paseos…algunas ideas y algún que otro desencanto. La neutralidad y el tiempo libre es lo que tiene…también han sido días de lecturas livianas, de esas que me gusta definir como “cachondas”, mención especial tiene Don Luis Carandell, al que he vuelto a redescubrir con su intacta sorna del castizo catalán que siempre será. He visto toros, tomado el sol, andado cañaverales y he soñado con realidades que algún día espero cumplir…he echado de menos a gente y he tenido amigos que me han llamado cuando he necesitado desconectar de tanto almíbar. ¡Qué buenos y qué oportunos son los de verdad!
Aún así, ya todo forma parte de un pasado en el que la mar se ha ido encargando de dibujar a su antojo con la paleta de sus diferentes azules y verdes. El olor a salitre o las piedras de la orilla quedan como recuerdo de una vida que he empezado a amar frente a la soledad de la marea. Ahora queda el contacto con el cemento y la lucha contra el tubo de escape, con toda la fuerza del toro cárdeno de mis días…

2 comentarios:

El Divino Calvo dijo...

Bien fijado el toro, maestro. Ahora a por la siguiente suerte.

El Divino Calvo dijo...

Bien fijado el toro, maestro. Ahora a por la siguiente suerte.