5 de octubre de 2010

Las hojas del tiempo.


Sabe que el noticiero le miente pero no le amarga el desayuno. Estaría bueno, a estas alturas, quitarle el café y los calentitos, el paseo sereno, la sonrisa del sol y la charla de fútbol con los amigos.
Sabe que le mienten, que todo es falso. Que Zapatero no sirve y Rajoy no le convence, que la locura es relativa y las guerras más duras son las que nacen con un tiro de hambre en pleno estómago. Hace tiempo que no cree en los milagros y la esperanza es una hoja de árbol que quedó olvidada en el bolsillo de su parka, mustia y amarilla, como dedos llenos de años y alquitrán.
Hace tiempo que olvidó palabras que se fueron Avenida arriba entre los chispazos del "trol":
Amistad, justicia, amor...
¡Qué vacía quedan en sus oídos!
Hoy como ayer, mañana como ahora. El reloj se ha parado mientras descansa en los bancos de la plaza...

No hay comentarios: