28 de febrero de 2009

21 de febrero de 2009

Perdonen la espantá


Quiero que perdonen esta demora de actualizaciones pero hay rachas en que no hay ni tiempo ni ganas de ponerse delante de una página en blanco.
Y no es que pase algo, al menos que sea grave. Quizás sea eso y no otra cosa la raíz de muchos de nuestros problemas. Nos pasamos media vida lamentando nuestra mala suerte, nos abandonamos y nos dejamos caer sobre el sofá sin ganas de nada ni de nadie. Nos volvemos exigentes con nuestra felicidad sin saber que que ésta depende en gran medida de nosotros mismos. Buscamos el agobio como una droga por las esquinas y somos injustos con aquel que lo pasa realmente mal, creyendo que lo nuestro es lo que importa.
Por todo ello, quiero pedir perdón a todo aquel que me lea de vez en cuando. No es justo que nada (literalmente) deje los corazones en barbecho. Todo lo que queramos sembrar debemos ararlo primero con la fuerza de nuestros brazos. Nadie vendrá a hacer lo que nos corresponde a nosotros mismos, ni siquiera los lacayos de la compasión.
La tarde es clara y la vida hermosa, de tí depende que la faena pase a los anales de la tauromaquia.
Los clarines han sonado y el primero de la tarde está sobre la arena...

2 de febrero de 2009

The long and winding road

Sé que es complicado el camino, pero lo lograré.
Para ello, saludaré cada mañana con mi mejor cara, agradeciéndole que me pone en la senda. Nadie dijo que fuera fácil, así que apretaré los dientes cada vez que piense en retirarme antes de tiempo, sería una locura abandonar en mitad del trayecto ¿Acaso no son necios aquellos que se abandonan a su suerte?, procuraré no ser uno de ellos.
Este empeño mío no será fruto de un día o de unas horas. Para apreciar su valor no sólo es suficiente soñarlo, hay que ponerse en camino.
Analizaré los peligros, evaluaré mis fuerzas y empujaré mis ganas con el bombeo de mi sangre. Ningún cabo podrá quedar suelto si realmente quiero llegar a mi destino.
Daré la bienvenida a todos los compañeros que encuentre en el viaje. Sin ellos, quizás no podría soportar el peso de mis piernas. Formaran parte de mí y yo seré parte de ellos. No daré de lado ni a uno sólo que se ofrezca a echarme una mano.
A veces reiré, otras veces lloraré por aquellos que ya no tengo a mi lado, pero estaré feliz si me llegan buenas noticias. Nunca olvido, pero tampoco me detengo.
Es mucho y muy difícil lo que he de recorrer, pero si quiero, seguro, llegaré donde me propongo.